Vamos a saltar juntos, sin descanso.

Hoy vamos a jugar, como si fueramos niños chicos que solo están preocupados por divertirse.


Quiero simplemente reir, sonreir y parar el tiempo ahí.

viernes, 27 de noviembre de 2009

Frío

Camino lento mirando al suelo. El día está nublado. La gente pasa a mi lado. Uno choca contra mi hombro, ni me molesto en mirarle a la cara.

Me paro. Ahora si miro hacia atrás, pero no al tio que chocó contra mí, miro a la nada, no sé lo que busco. Porque no esta allí.

Me pongo a correr buscándolo. Ya sé lo que necesito. La lluvia empieza a caer sobre mi cabeza. Mis pies casi no tocan el suelo. Mi respiración está acelerada. No siento cansancio. No siento nada. Simplemento quiero llegar.

Quiero verla.

-Ya falta poco- pienso.
Mientras me acerco a la puerta de su casa voy bajando el ritmo hasta determe en frente. Alargo el dedo para llamar al timbre, pero no lo hago.
De repente tengo miedo. ¿De qué? No lo sé, pero no puedo llamar. Si siento el frío de la noche y la lluvia.

Me siento en la acera de enfrente mirando la puerta. Quiero llamar, quiero entrar, pero no puedo.

La puerta se abre.

Es ella. Allí esta. No me ha visto, aún no.

Me levanto y me acerco a ella. Se queda impresionada, la lluvia me ha dejado empapado de los pies a la cabeza.

Me acerco más, sus labios están muy cerca. Mis dedos tocan su mejilla. Ella cierra los ojos.

La beso.




Ya no siento frío.

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